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Tony Cragg. Esculturas y Dibujos
A pesar de que Tony Cragg comenzó sus incursiones en el arte en 1969, fue identificado con el boom de artistas ingleses que emergen en la década de los 80 del pasado siglo. Junto a él están Richard Deacon, Antony Gormley, Bill Woodrow y Anish Kappor. No obstante, siguió otros caminos diferentes a los de sus colegas. Cragg necesitaba regresar al minimalismo, indagar en sus esencias y volver a ese punto cero que identificó la creación de estos artistas.Para Tony Cragg el minimalismo construyó nuevas formas de asumir y presentar el arte. Donald Judd apostó por otra acepción de la tridimensionalidad y Robert Morris por la nueva escultura. Ideas que fueron la continuidad de las interrogantes que nos dejaron Naum Gabo y Nikolaus Pevsner con su “Manifiesto Realista”. Tony Cragg admira de Dan Flavin su fuerza moral, la síntesis y esa capacidad por incorporar materiales de la industria con total libertad. Flavin, al referirse a su actitud creativa, decía que solo un uno por ciento correspondía a su inteligencia porque el resto del trabajo lo hacían los eléctricos e ingenieros.Los comentarios de Dan Flavin y de la mayoría de los artistas de esta generación, hizo que Richard Wollheim se cuestionara el binomio oficio-trabajo dentro del arte. Inscribe esta situación en un momento de construcción y desmantelamiento de la imagen. Este estudioso del arte al hablar sobre la posibilidad de que Mallar-mé se hubiera decidido a entregar su página blanca diciendo “aquí está el poe-ma”, comenta que “la presentación de su página blanca como si fuera el poema que quería escribir podría tener su paralelo en el campo de las bellas artes no en la producción de la tela en blanco, sino en algo parecido a mostrar el contenido de su estudio vacío”. Cragg también ve en Richard Long una referencia inevitable, un artista que sabe aprovechar con precisión todo lo que le proporciona la piedra, las hojas y elementos combinados con otras acciones que corresponden más a una actitud que a una estructuración de la obra. Theodor Adorno decía que después de que los materiales se emanciparon era imposible la tarea de la crítica de arte, un síntoma necesario para su total autono-mía. Tony Cragg es deudor de esa emancipación que iniciaron los minimalistas, los conceptualistas y los povera. La luz, el agua, el gas y esa correlación furtiva entre lo material y lo inmaterial son tópicos que le apasionan. Sin embargo ha sido un opositor convencido de la veneración teológica y ritualista de la materialidad. Para él es un medio más que se va descubriendo de acuerdo con las propias necesidades que sugiera la obra.
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