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Frederick Watters Watts (¿Somerset?, Vista del curso superior del río Támesis, 1841
El paisaje inglés, surgido en el siglo XVIII, tiene sus antecedentes en la pintura holandesa del XVII, muy del gusto de los ingleses, quienes cultivaron desde muy temprano una gran afición al género. A estos aportes debe sumarse la influencia directa recibida de las escenas urbanas italianas, particularmente de El Canaletto. Aun dentro del género del retrato, el paisaje encuentra un lugar como fondo de las figuras. Sin embargo, también alcanzó independencia como género, como es el caso del Paisaje con figuras atribuido a George Smith (de Chichester), nacido en 1714, aunque su verdadero esplendor corresponde al siglo XIX, con los pintores románticos.
Pertenecientes a esta escuela británica e integrando nuestro legado, se insertan, dentro de esta transformación que sufre el arte en general, pintores como John Constable, quien dio un vuelco a la pintura en su patria al enfrentarse sin prejuicios a la naturaleza, renovando la técnica y la estética con su estilo. De él conservamos, en nuestro Museo, Malvern Hall, condado de Warwick, versión definitiva de un cuadro cuyo boceto de tamaño natural se encuentra en la Tate Gallery, de Londres. Están presentes también, Sir David Wilkie con Una reunión festiva, inscrita en la pintura costumbrista, de inicios del siglo, con un paisaje de fondo y además Thomas Creswick en cuya pintura se aprecia buen gusto y un veraz tratamiento de la naturaleza.
Frederick Watters Watts es uno de los pintores herederos de Constable que nos brinda en esta ocasión una apacible vista rural donde los sienas armonizan placenteramente con los verdes y los azules. Expuso en la Royal Academy y en la British Institution de 1821 a 1862.
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